Las esquinas y portones de almacenes, se convierten en negocios pasajeros de putas, expendedores de droga y travestis, aquí no cuenta el horario, importa es el cliente, las ganas y el dinero, no discrimina por estatus, ni como trae el cuello.
Esta realidad que avergüenza y es digna de esconderse, que en ocasiones es despiadada y necesaria para muchos, la noche logra hacer buscarla por deseo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario